Es una terapia energética y no invasiva, compatible con cualquier tratamiento médico, farmacológico o energético.
Se realiza siguiendo un protocolo establecido. A través de preguntas y verificaciones, comprobación en puntos de dolor, recolocación de la columna, estiramiento de espalda y se finaliza con una relajación.
Cuando utilizar la Terapia Estructural
Cuando sufrimos fatiga, desanimo o dolencias físicas tales como ciática, lumbalgia, dolor de riñones, dolor de espalda, dolor cervical, dolor de cabeza, migraña, y un largo etcétera, generalmente encontramos un desequilibrio de la columna vertebral.
Los nervios de todo el cuerpo se conectan al cerebro a través de la médula espinal. Cuando se produce una desviación en la alineación de las vértebras – escoliosis, cifosis o lordosis – el sistema nervioso deja de funcionar correctamente y se pueden producir molestias en cualquier parte del cuerpo.
La Terapia Estructural favorece el equilibrio de la estructura del cuerpo ayudando al sistema nervioso a trabajar sin interferencias.
Bloqueos heredados, patrones familiares, fobias, filias, duelos no concluidos, traumas… seamos conscientes o no, a lo largo de los años, se convierten en una carga muy pesada que nos acaba bloqueando tanto a nivel físico como emocional.
La Terapia Estructural trabajando desde la parte no consciente, libera los bloqueos emocionales, permitiendo a la persona expresar su máximo potencial.